Con el fin del auge de la construcción de obra nueva y la adaptación de la sociedad a las actuales necesidades energéticas, la rehabilitación integral de edificios se presenta como la alternativa más factible del sector de la arquitectura a los proyectos de obra nueva.

Pero la rehabilitación no es sólo un modelo de negocio, está fundamentada sobre la realidad de que los edificios no disponen de un periodo de vida ilimitado, si no que con el paso del tiempo sufren una degradación en función de los materiales, la zona climática, el mantenimiento recibido, etc.

Para que tengan coherencia, estas nuevas líneas de trabajo de mejora de los edificios deben ir enfocadas a la rehabilitación energética  de los mismos sin perder de vista las pautas de rehabilitación integral según el CTE (Cógido Técnico de la Edificación)

Rehabilitación integral de edificios según CTE

La normativa vigente marca que las propuestas de rehabilitación integral que se planteen y se lleven a cabo tienen que tener en cuenta la accesibilidad, la habitabilidad, la mejora de la eficiencia energética, la higiene y salud, la protección del medioambiente y la utilización de energías renovables.

Rehabilitar un edificio es un acto especializado que debe realizarse por profesionales utilizando la normativa como guía.

Pasos a seguir en una rehabilitación integral

El primer paso debe ser un análisis profundo del estado en el que se encuentra el edificio, junto con datos relevantes que ayudarán a determinar los tipos de actuaciones a realizar: fecha de construcción, materiales, usos del edificio en su vida útil,..

Tras tener claro la forma de actuación, se procede a la limpieza en profundidad y la posterior consolidación de todas las fachadas del edificio.

Una vez asegurado el entorno de trabajo, se restaura los elementos arquitectónicos que estén en mal estado y se comienza con los trabajos de la envolvente, como por ejemplo la impermeabilización de las cubiertas.

El siguiente paso será la rehabilitación integral de patios interiores, vestíbulos, escaleras.. respetando el diseño original, a petición del cliente, y garantizando su durabilidad.

No podemos olvidarnos de la impermeabilización de sótanos y cimentaciones, ya que son zonas especialmente sensibles que pueden sufrir desgaste por humedad y el propio asentamiento de la estructura.

Por último, los acabados y las instalaciones: sustitución de pavimentos, revisión del sistema eléctrico,.. siempre cumpliendo la normativa de eficiencia energética vigente.

Conviene recordar que estos pasos citados son pautas generales para la rehabilitación integral de edificios, pero caso debe estudiarse de forma individual y es necesario actuar según las necesidades de cada edificación.

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