Las reformas estructurales ayudan a mejorar la eficiencia energética del edificio, haciendo que su propia envolvente consiga favorecer un mejor aprovechamiento de la energía del edificio, al tiempo que se reducen las emisiones de gases invernadero a la atmósfera.

No obstante, mediante la rehabilitación energética de un edificio no solo se consigue un gran ahorro en el consumo energético, sino que también se produce una mejora en la calidad de vida de las personas que habitan el inmueble.

El aislamiento no está relacionado únicamente con el confort térmico y el bienestar dentro de un espacio interior, sino que tiene una gran importancia en la salud de los usuarios de un edificio. Cuando un aislamiento es deficiente puede traer consigo problemas de humedades o insalubridad que afectan directamente a la salud de las personas.  

Problemas de salud relacionados con un aislamiento deficiente

Distintos estudios demuestran que un aislamiento inadecuado de la vivienda repercute directamente sobre la salud de las personas que habitan en ella. Por ejemplo: el hecho de que las personas estén expuestas a elevadas temperaturas en verano, muy bajas en invierno, a la presencia de humedades o a ruidos, provoca un deterioro de la salud, el descanso y la calidad de vida. Algunas de los problemas de salud más frecuentes son el aumento de los niveles de estrés, una disminución en la capacidad de concentración y las enfermedades respiratorias.

Además, un mal aislamiento suele traer consigo unos niveles altos de humedad. Un nivel de humedad relativa superior al 65% favorece la proliferación de microorganismos como los ácaros o los hongos del moho.  Los excesos de humedad suelen acarrear infecciones respiratorias, síntomas asmáticos o reuma.

Elementos clave en la rehabilitación del edificio

  • El aislamiento térmico de la fachada para reparar grietas y/o fisuras de la envolvente y así evitar los intercambios de temperatura entre el interior y el exterior de la vivienda.
  • Mejorar o cambiar puertas y ventanas, ya que a través de estos elementos se producen grandes intercambios de temperatura, especialmente en aquellas más antiguas. Es fundamental que cuenten con doble acristalamiento y rotura del puente térmico, así se conseguirá disipar el frío, el calor y la humedad, haciendo que la temperatura del interior del edificio sea más constante.
  • Controlar los niveles de humedad con la instalación de sistemas de ventilación eficientes y cerramientos.
  • El aislamiento sonoro, aunque es uno de los problemas a los que menos atención se le presta a la hora de rehabilitar un edificio, los altos niveles de ruido traen consigo una pérdida de la calidad de vida, y por consiguiente de la salud de las personas.
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